miércoles, 8 de julio de 2009

MUNDOS DIFERENTES: la TDT y los comensales



Llevo mucho tiempo buscando algún dato, alguna información, alguna noticia que me diga que la TDT es un negocio viable. Hasta ahora solamente pude apreciar que los únicos que están haciendo dinero con este cambio son los señores de la industria tecnológica. Quienes están en la industria de la TV en si misma, quienes viven de vender publicidad a cambio de ofrecer contenidos en forma gratuita no solo no están ganando dinero, sino que están invirtiendo millones de dólares en algo que nadie demostró hasta ahora como lo van a recuperar.
Otros que están pagando los costes son los televidentes a quienes los estamos apurando para que se pasen a la nueva tecnología digital.

Creo firmemente que se esta confundiendo el medio con el fin.
El fin de nuestro negocio es muy sencillo, luchamos por conquistar el tiempo de seres humanos.

Este tiempo que es el único elemento finito en todo esta infinita oferta de contenidos y formas de distribuirlos, todos nuestros clientes tienen solamente 24 horas al día para dormir, comer, trabajar, estudiar, leer, etc, etc, etc y además para mirar televisión.

Sustituir la TV tradicional analógica por la TDT tiene enormes ventajas desde el punto de vista de la calidad audiovisual y servicios de valor agregado para los televidentes, pero eso no necesariamente significa que debemos pegarle a la línea de flotación a la industria de la TV haciéndole un hoyo al tanque de combustible de esa industria que es la publicidad. Agregando más canales de TV por aire gratuitos en TDT con el mismo modelo de negocio de vender espacios publicitarios es simplemente no tener idea de como funciona este negocio.

A lo anterior debemos preguntarnos, ¿hay suficientes contenidos para completar las parrillas de programación con programas que merezcan la pena nuestra atención, lo que es decir lo mismo, que puedan conquistar nuestro escaso tiempo como televidentes? El mercado actual de la publicidad apenas puede sustentar el actual modelo de TV abierta con pocos canales disputándose la cada vez menor torta publicitaria, por lo que debemos esperar una baja en los presupuestos para contenidos y por lo tanto una menor calidad de televisión.
Otro elemento no menor son las nuevas iniciativas para hacer de las TDT un modelo de negocio de pago, esto afectando directamente a quienes ya están vendiendo ese servicio desde hace muchos años como los cable operadores.
Se están cambiando las leyes en forma permanente tratando de adecuarlas al mercado y a los cambios tecnológicos con golpes de timón que más se parecen a un barco a la deriva en el medio de una enorme tormenta de ceros y unos. En España primero se dijo que los operadores de TDT no podría juntarse y debían competir, luego se cambia la ley para que se unan e intenten sobrevivir, primero se dice que serán señales gratuitas para democratizar el acceso a la población, luego se permite cobrar para ver si logran hacer andar el negocio.

En América Latina los gobiernos se apuraron en elegir las normas europeas, americanas, etc. sin saber a ciencia cierta como afectarán esas elecciones a cada uno de los países o modelos de negocios locales o regionales.
Creo que debemos poner una enorme pausa en todo este tema y hacer un zoom out bien atrás para mirar el mapa completo, y ahí podemos ver tres elementos que no están siendo considerados:

1) LA GEOGRAFÍA
2) LA DISTRIBUCIÓN
3) EL CLIENTE FINAL

1) LA GEOGRAFÍA

Se están aplicando los mismos modelos, formatos, tecnologías en San Diego California y en Valladolid España como si todo fuera lo mismo, como si el mercado, el país, el desarrollo de la industria, la idiosincracia de la gente, las costumbres de las personas no importaran.
En Estados Unidos donde comenzó todo este tema de las TDT simplemente fue una necesidad de optimizar el uso del espectro radioeléctrico en un mercado que está demandando más frecuencias para el impresionante crecimiento de la industria de las telecomunicaciones. Pero eso se da en base a elementos únicos de Estados Unidos que no se pueden extrapolar a otras regiones con una simple regla de 3.
Hay características extremadamente singulares en el mercado audiovisual de Estados Unidos que lo hacen tan especial y difícil de comparar con otras regiones del mundo. Es un país que tiene casi el 100% de penetración de sistemas de TV para abonados, cuando se produjo el apagón analógico muy poca gente se vio afectada y tuvo que recurrir a cambiar su TV o comprar un deco.
Los americanos acceden a servicios de TV para abonados desde hace más de 50 años, tienen una cultura de pago para ver Televisión de más de dos generaciones y todo ello generado en una época donde la palabra convergencia todavía no existía.

En América Latina existe una cultura de TV abierta privada de más de 60 años, en la mayoría de los países los canales son exportadores mundiales de contenidos y formatos a todo el planeta y en varios idiomas. Latinomérica es sin dudas es una gran usina de TV, donde los canales locales lideran en forma constante los ratings de audiencia en sus respectivos países muy por encima de cualquier oferta de TV para abonados.
Así mismo la TV para abonados tiene varias décadas de historia con penetraciones de hasta el 70% en algunos países superando los 30 millones de hogares en el continente.
Dentro de Latinoamérica está el caso de Brasil que por su tamaño e importancia en la industria internacional de TV se debe tomar por separado, un país con 200 millones de personas cuyas cadenas de TV logran ratings de 120 o 140 millones de televidentes en el mismo momento!!. Para que podamos entender las enormes diferencias de mercados, en Estados Unidos un buen rating de Prime Time puede andar en los 20 millones de telespectadores, aunque la media pueden ser 10 o 15 millones. Es casi 10 veces menos que Brasil!!. Ello se da por la enorme fragmentación vertical de un gigantesco mercado norteamericano de 300 millones de potenciales televidentes que se dividen en cientos de ofertas audiovisuales.

En el caso de Europa estamos hablando de un continente con enormes diferencias culturales e idiomáticas que impiden el desarrollo de una industria audiovisual única con la consecuente restricción del mercado a círculos pequeños generalmente nacionales que limitan enormemente las posibilidades de desarrollo. No olvidemos además que la TV europea hasta hace muy poco tiempo era únicamente pública, la TV privada está todavía dando sus primeros pasos de desarrollo tratando de imitar experiencias latinomericanas y norteamericanas tropezando con sus propias idiosincrasias.

2) LA DISTRIBUCIÓN
Se habla de la TDT como el paradigma de la nueva televisión, mejor calidad, interactividad, servicios, más oferta, etc, etc. pero todo esto ya existe, en los formatos de TV para abonados. La novedad es que ahora lo ofrecemos por aire, pero también ya existe con la DTH con la diferencia que una antena es redonda y la otra se parece a una parrilla pero ambas necesitan decos.
TDT, IPTV, LPTV, UHF, VHF, DTH, Cable, ADSL, Fibra, MMDS, WIMAX, etc, etc. son muy varias las formas de emisión, la TDT simplemente es una forma más.
La TDT de pago o gratuita podrá ser muy válida para algunas regiones, e inútil en otras, todo dependerá de las particularidades comerciales, culturales, del mercado, etc. de cada región o país.

3) EL CLIENTE
Es quien finalmente tendrá la última palabra, es quien deberá decidir que es lo mejor de acuerdo a sus conveniencia. A diferencia del cambio del blanco y negro al color, en este caso al cliente le es indiferente pues en todos los casos de TV para abonados el podrá elegir si quiere cable, DTH o TDT. En el caso de la TDT gratuita simplemente notará como mejora el audio y la imagen y le ofrecen servicios adicionales que no serán ninguna novedad pues la mayoría de los servicios ya los tiene y usa a través de la internet.

Seguramente la TDT será una realidad en todo el mundo en poco tiempo, pero no debemos poner la carreta delante de los bueyes ni sobre dimensionar una tecnología que no ofrece nada diferente a las que ya existen en el mercado.

Se debe tener muy presente las diferencias geográficas a la hora de tomar las desiciones, y entender que la TDT es un medio más de distribución de contenidos y que hoy en día existen una enorme oferta de formas distintas de distribución audiovisual y al momento nadie sabe cual será la que prevalecerá si es que alguna lo hace o conviviremos con todas ellas y la nuevas que vendrán.
Los políticos y tomadores de decisión están sobrevalorando el poder de las TDTs y no están mirando el enorme crecimiento de los nuevos medios y la convergencia entre ellos, deberían fijarse como se enteró el mundo de la muerte de Michael Jacskon, o cual fue el impacto de la campaña a través de internet de Obama que lo llevó a la Casa Blanca montado en mensajes de SMS y protocolo IP, donde la TV tradicional tuvo un impacto relativo y por momentos secundario haciéndose eco de los hechos luego de varias horas de que ya habían acontecido en la web.

Estamos empujando a los consumidores y a la industria a cambios apresurados aplicando viejas recetas del mundo analógico al nuevo mundo digital, y además estamos cruzando recetas de mundos geográficos muy distintos intentando lograr el mismo sabor, es muy probable que nuestros comensales nos tiren con el plato por la cabeza.

Ismael Saldivia
julio 2009
VIDEO SOBRE LA TDT en España
(capítulo 1/4)

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